martes, 27 de abril de 2010

¿Por qué Casa de Balam?

Realmente todo comenzo hace años, cuando era niña.  Animalito que me encontraba en la calle, animalito que terminaba en mi casa. Y animalito que había que encontrarle casa en friega, antes de que mis papás se desesperaran.  El tiempo ha pasado pero las cosas no cambían mucho. Sigo trayendo animalitos a casa aunque por lo menos ahora ya no hay problema con mis papás. En los últimos meses se han cruzado en mi camino, de una manera u otra diferentes felinos. Primero fue Poktapok, el rey de la casa, seguido por una minina geniuda que acomnodamos con una amiga. Ahora hay 7 gatos en casa y me he dado cuenta que distribuir sus fotos en redes sociales con la esperanza de encontrarles una familia responsable no es suficiente.

Casa de Balam abre sus puertas con los siguientes propósitos:

1) Aportar refugio a gatos sin hogar, ya sea en Casa de Balam o con otras personas. Durante y despúes de su estancia con nosotros, estos felinos deben tener todas sus necesidades satisfechas; comida, agua, higiene, servicios veterinarios, y cualquier otra que pueda surgir. No se sacrificara a absolutamente ningún animal que este en posibilidad de llevar una vida digna y libre de sufrimiento. Aquellos animales cuyo sufrimiento no pueda ser aliviado se les ayudara a bien morir.

2) Promover la esterilización de mascotas por todos los medios posibles, ya que reconocemos que la solución a la sobrepoblación de perros y gatos no es el sacrificio ni la adopción, si no la disminucuón en las tasas de natalidad de estas especies. Todos los gatos que pasen por Casa de Balam debrán se esterilizados. En el caso de aquellos que sean demasiado pequeños para pasar por la intervención, los adoptantes deberán comprometerse por escrito a realizarla en cuanto los gatos esten listos.

3) Promover el trato humanitario para todas las especies. Casa de Balam se sostiene sobre la creencia de que todos los animales, ya sean humanos, perros, gatos, vacas, cerdos, gallinas, arañas, hormigas, ratas, peces, etc., etc., merecen un trato digno por el simple hecho de ser criaturas sensibles.

Bueno, todo eso suena muy serio y lo es. Pero el lado real, tangible de estas palabras es un gato ronroneando sobre las piernas de alguien lo sufucientemente afortunado de presenciarlo. Gatos felices, personas felices.

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